#3 Marruecos - País de hospitalidad

Los días pasaron rápido, la gentileza de nuestros hermanos Marroquíes no conoció fin, recorrimos la costa y de repente nos encontramos de camino a Fez, el centro cultural del país. Recorrimos calles estrechas, rincones y callejones magníficos donde ni motos pasan y nos sentimos como en un lugar del pasado.

Estábamos en una Medina, en árabe: centro; autentica, viva y muy interesante. Los turistas cambiaron mucho la actitud de los Marroquíes, ellos intentan, en cualquier idioma, vender algo pero nosotros siguiendo nuestra filosofía de viaje siempre podíamos decir honestamente "no tenemos dinero". La comunicación con los Marroquíes, aunque solamente hemos aprendido algunas palabras árabe era casi siempre fácil porque hablamos los dos la lengua del amor! Ademas todos saben algo de francés, algunos lo hablan como su lengua materna y muchos nos hablaron en alemán, italiano, ingles y hasta holandés! El paisaje del norte de Marruecos nos pareció similar al de Europa, verdes dibujos aparecían ante nuestros ojos, maravillosas colinas y valles con mucha agricultura que crece en esta tierra tan fértil.

Después de muchas horas esperando para ir hacia Casablanca, la capital económica de Marrueco, nos fuimos caminando y nos adentramos en la obscuridad, siempre con fe en el mundo y en una alma que nos va ayudar. De repente se para un camión. Tres personas ocupaban ya todo el espacio, pero Moussa, el conductor, nos dijo que no había problema, que nos hacían un hueco, que a él le encanta ayudar.

Unos minutos después nos encontrábamos en la cama del conductor, apretados como los tomates que transporta normalmente en su camión pero disfrutamos del viaje de una forma nueva que es imposible en Europa, ir seis en la cabina de un camión pero allí parecía que la norma es tratar el prójimo como tu si fuera tu hermano! Pero la historia sigue. Llegando a la 1 de la madrugada a la ciudad más grande de Marruecos nos invitó a su casa, para ser más preciso, nos dejó su propio apartamento y se fue algunos pisos para arriba donde vivía la familia de su mujer. Esa misma noche nos prepararon un tagine y nos trajeron el desayuno por la mañana. Nos sentimos privilegiados, tratados como reyes... El tercer día su mujer dio a luz a su primer hijo. Era un honor para nosotros y un buena señal para ellos que nosotros, los extranjeros, estuviéramos allí en el nacimiento de su bebé. Nos dijeron que éramos los tres reyes magos y querían que habláramos en nuestros idiomas maternos con "Llajia" un pequeño ángel! Nos dieron toda la confianza del mundo en nuestros brazos! Después de tres días con la familia, tres comidas al día, mucho amor y hospitalidad desde el primer momento hasta el ultimo, se organizó un viaje de su empresa hacia Agadir, donde nosotros queríamos ir.

Nuestros intentos de hacer cambiar de idea a Moussa no sirvieron y aunque su hijo no tenía un

día de edad, nos llevó a la ciudad mas turística y lleno de hoteles que habíamos visto. Allí quisimos

encontrar un barco, mas bien un velero que nos llevara a las Islas Canarias, pero a causa de

fuertes lluvias y tormentas se hundieron más de 400 barcos de pesca y algunos de los pocos barcos privados que encontramos eran un desastre y al mismo tiempo una posibilidad más para

el Rey Mohamed VI de convencer al pueblo de su bondad (ayudó económicamente a todas las familias que sufrieron esta catastrofe natural). El ambiente era muy diferente "artificial" y "negocio" son dos palabras que expresan lo que se ve y se siente caminando entre europeos del piel bronceada con una pulsera de hotel. Aparte de este lado de locura, encontramos, en todos estos miles restaurantes y hoteles, a almas puras, gente muy abierta y estupenda. Nunca nos faltaba de nada,encontrar comida era aún más fácil que en otros lugares, especialmente debido a la cantidad de sitios turísticos donde siempre se produce un montón de comida que, al final, nadie come. Nuestros almas nos llamaron de nuevo a la calle, a la aventura y así seguimos el viaje hacia el desierto, el Sáhara!

El proximo articulo del viaje:
#4 El Sáhara