El desierto se extiende hasta perder la vista, una ruta rectilínea lo atraviesa, algunas casitas al borde de la ruta, dos o tres “delis”. La luz matinal penetra en mis parpados cerrados. Nos encontramos en el día diez, hoy podemos romper el silencio y mañana se termina el curso de meditación. Los tres nos sentimos como nuevos, Mike, Yazmín y yo nos sentimos los tres como nuevos después de haber pasado diez días aislados del mundo. Es como si todo hubiera cambiado...aunque tal vez es solo nuestra percepción la que cambió. Siento como si hubiera recuperado la vista, como si ya nunca más tuviera que usar lentes. Veo todo con más claridad. Los tres estamos un poco sacudidos. Mañana, Mike toma un avión para regresar a Inglaterra. Yazmín y yo decidimos quedarnos en el centro para servir durante dos semanas...la entrada al centro es gratuita y funciona por medio de donaciones, nosotros decidimos dar nuestro tiempo y energía.
¿Qué es Vipassana? No puedo explicarlo... Solo la experiencia permite entender esta técnica, es de cada quien el investigar y lanzarse en esta aventura. Solo puedo decir una cosa, aquel o aquella que se siente un poco perdido o confuso, que busque una manera de (re)encontrarse, Vipassana es ideal para aislarse y aprender sobre sí mismo, un viaje hacia el centro del ser.
Nuestro servicio se termina el primer día del año. No podemos imaginar una mejor manera de empezar el 2012. Hacemos muy buenos amigos y nos llevan a Los Ángeles donde Yvonne, una taiwanesa nos invita a su casa. Después de haber trabajado 10 años para una empresa de construcción, decide renunciar a su trabajo y tomar el tiempo para encontrar su camino. Ahora tiene 35 años y lleva un año y medio tomándose ese tiempo. A ella le conmueve nuestra aventura y filosofía pues se identifica completamente. El regreso a la civilización es intenso, tráfico pesado, estrés omnipresente, algunos llaman a esto “la realidad”, por lo tanto este tipo de “vida” nunca nos pareció mas irreal. Los Ángeles nos parece todavía mas descabellada... una ciudad diseñada para consumir, conducir, gastar y desperdiciar.
En Vipassana conocemos a Shiva, una joven iraní de 37 años que llegó a los Estados Unidos con su mamá cuando tenía 19 años. Va para San Francisco y se ofrece para llevarnos. Pasó diez años de su vida escalando los peldaños del sistema para convertirse en una “businesswomen” excepcional...solo para darse cuenta que ese tipo de vida no le gustaba. Así que renunció a su trabajo hace unos meses y busca un cambio, una oportunidad de hacer lo que la motiva realmente. Es carismática, bella, adinerada, llena de éxito, por lo tanto se siente perdida y confundida... se siente como una esclava y lo peor es que “se auto-esclaviza” Nos deja en Palo Alto, una ciudad rica situada en el mero centro de la Silicon Valley, nos quedamos con la tía de Yazmín que heredó una casa ahí. Nos trata como a sus hijos. Contando Vipassana, tiene un mes que no hemos reciclado nada...es una ocasión ideal para tomar distancias. Una pausa en el viaje...para convencerse todavía más que nuestro sistema está condenado al fracaso y que es urgente encontrar otros caminos.
Nos vamos de ride a San Francisco. Aicha, una marroquí nos lleva para recordarme la bondad de los marroquís. En San Francisco aprovechamos de la generosidad de Wally, otro encuentro de Vipassana, es una mujer de 60 años encantadora que nos consiente y nos da todo su amor. SF es una ciudad muy interesante, cuna de los Freegans, movimiento alternativo que consiste en aprovechar del desperdicio de la sociedad y construir una cultura alternativa. Desde el principio nos conectamos con Food Not Bombs, un movimiento que consiste en reciclar comida, cocinarla y servirla en la calle a quien tenga hambre. El objetivo no es tanto el de dar de comer a los sin techo sino el de sensibilizar a la gente sobre la necesidad de compartir hoy en día, de comer juntos, de ocupar el espacio público y de dar lo que nos sobra. Por lo general, los que llegan son los sin techo pero hay para todo mundo y además es 100% vegetariano. Ayudamos a servir y descubrimos a los sin techo que aquí parecen haber escogido vivir al margen… decidieron sacrificar el confort por su libertad.
Mientras visitamos la ciudad, participamos dando distintos servicios y conocemos a un montón de gente interesante, existe toda una cultura ‘underground’ que trabaja duro para hacer emerger este movimiento y apartarse del sistema. En general, la ciudad de SF también es más “ecológica”: reciclaje, compostas, muchos restaurantes y tiendas con productos esencialmente orgánicos. Rainbow Groceries es un ejemplo, es un supermercado sin jefes ni gerente, los empleados son sus propios patrones, todo es orgánico, vegetariano y de noche cuando cierran, regalan sus sobras.
Después vamos a Oakland de ride...a 15 kilómetros de SF. Ahí nos encontramos con Marissa que regresa a la aventura con una nueva cámara de video. Decidió hacer un documental sobre el viaje y más particularmente, sobre lo que puede empujar a la gente como nosotros a salir del sistema y buscar vías alternas. Oakland es una ciudad genial en la sombra de SF, pues acoge a todos los rechazados y todos aquellos que quieren vivir al margen. Así descubrimos que Occupay Oakland es muy activo y que decenas de okupas permanentes animan la escena cultural. Toda una generación revolucionaria llegada de todos lados en USA se reunió en Oakland y cada día nuevos “vagabundos” llegan “saltando trenes”. Esta cultura es apasionante, viven en okupas, reciclan su comida haciendo “dumpster diving” osea buscando en los basureros, viajan de ride o “train hopping”, publican revistas anárquicas, ocupan las plazas públicas...
Nos emocionamos con este movimiento tan vivo, esta vibración que deja creer en un cambio. Sigue siendo una minoría pero trabajan duro, y están muy comprometidos. Su voluntad no es destruir un sistema sino crear una sub-cultura, una cultura alternativa que saldrá a flote cuando caiga el capitalismo. Los ayudamos en la gran manifestación del 20 de enero. Todos se congregan en San Francisco, dentro del “financial district’ para bloquear las puertas de los bancos. Ayudamos a servir comida porque.... ¡No se puede hacer una revolución con el estómago vacío! Nos vamos de la Bay Area llenos de entusiasmo y energía, convencidos más que nunca que el mundo está cambiando, que la gente está cambiando... Solo hay que ser pacientes, y lo confirmamos tratando de pedir ride. Nos encontramos bloqueados en un colonia de chinos en la periferia de la ciudad...nadie se para y tenemos que refugiarnos en un parking de un centro comercial para pasar la noche. Tenemos una tienda y podemos dormir los tres creando suficiente calor humano para pasar valientemente la noche.
Al otro día, una llovizna incesante nos acompaña para intentarlo de nuevo...esperamos dos horas antes de que se pare un carro, es la policía que llamó alguien a quien no le gustó vernos pedir ride. Afortunadamente, la oficial es buena onda y acepta dejarnos tranquilos por esta vez...30 minutos después, Vincent se para y nos lleva más lejos! Solo una decena de kilómetros, pero el primer ride siempre es el más importante. La suerte nos sonríe de nuevo y avanzamos sobre la costa pacífica hasta Santa Cruz, las playas son increíbles, el océano muy agitado, enormes olas se quiebran continuamente en la arena fina, el agua es gris intenso y el paisaje magnifico. Nos encontramos con Andrés, un amigo de Mexico. Reciclamos mucha comida con él, la gente de Santa Cruz es muy abierta, hay una gran comunidad hippie que se apropió del lugar en los años 70… también hay un grupo anárquico que tiene un colectivo con café-biblioteca , una bike kitchen, computer kitchen y Fabrica, lugares donde cada uno es libre de usar los útiles disponibles para reparar su computadora, ropa o bicicleta.
No nos quedamos mucho tiempo y nos apresuramos para afrontar la ruta de nuevo, sin miedo de regresar a Los Angeles antes de irnos a Utah. Estamos los tres muy motivados, Marissa, Yazmin y yo con el corazón inflado por el cambio que sacude la sociedad norteamericana, no estamos solos, una armada ‘underground’ gigantesca y pacifica se prepara en los rincones del mundo, la evolución sigue en marcha, la revolución empezó ya.
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