¿Por qué vivo sin dinero?

Empezó un nuevo ciclo. El cambio está presente aunque sea apenas perceptible y poco a poco, nos lleva irremediablemente hasta el infinito. Lo que puede sin duda evolucionar es nuestra capacidad de dejarse llevar por los vientos de un mundo nuevo, de abrazar ese cambio que vibra muy dentro de nosotros. Durante la apertura de este nuevo ciclo, los ancianos mayas que participaron en la celebración del fin del calendario maya en Palenque lanzaron un mensaje a la humanidad:

"En el nombre de Quetzalcóatl invoco a los ancianos indígenas de todas partes a reunirse en consejo con Budistas, Musulmanes, Cristianos, Hindúes y ancianos Judíos, así como a miembros de otras religiones para empezar a establecer nuevos consejos de unidad espiritual en la Tierra." -Valum Votan, Cerrador del Ciclo

El tiempo de la unificación ya viene, durante las 7 proximas lunas, todos deberian cuestionar sus diferencias y unirse en la paz universal. 

Despues de tres años pasado en la ruta, sin dinero, es tiempo para mi de mirar hacía atrás y entender lo que esa experiencia de vida me llevó. Me permito compartir esa reflexión para aclarificar el significado de "vivir sin dinero".

Pasaron ya tres años en los que vivo sin dinero. Sin dinero significa sin utilizarlo directamente, sin vender ni comprar, solo dar y recibir. Por supuesto que esta limitación solo se aplica a mi persona, pues cada cosa que se me ofreció fue casi siempre dada generosamente por alguien que a su vez, usó dinero para obtenerla. De esa manera, vivir sin dinero no se trata tanto de usar dinero o no. Admito que es hipócrita considerame en "huelga de dinero" mientras que todo lo que consumo pasó de antemano por un intercambio monetario.

Entonces, ¿por qué vivir sin dinero? La idea nació de un sueño, una utopía que muchos compartimos: un mundo sin dinero basado en el don y el compartir. Al principio de nuestro viaje, Raphael,Nicola y yo decidimos viajar y vivir sin dinero para aplicar el sabio consejo de Gandhi: " sé el cambio que quieres ver en el mundo". Si realmente deseamos un mundo sin dinero, teníamos que empezar por quitar completamente el dinero de nuestras vidas.

Sin embargo, en el mundo de hoy en día, en cualquier sociedad que vivamos, el dinero es un medio necesario para hospedarnos, alimentarnos y desplazarnos. De esta manera el que se dice vivir sin dinero puede no utilizarlo libremente pero en ningún caso podrá evitar que los demás lo utilicen para él... a menos que viva en una cueva, sin electricidad, que no coma más que comida cruda o cocida en fuego de bosque, moverse a pie unicamente, etc... Viviendo en el corazón de la sociedad, el boycot de dinero no funciona. Ciertamente podemos disminuir su uso al mínimo, consumir lo estrictamente necesario, vivir de manera muy ecológica... pero burlar los vicios del sistema monetaria evadiéndose completamente es cercano a lo imposible.

En ese caso, ¿por qué obstinarse tanto a no utilizar ni un céntimo?

Daniel Suelo vive en el estado de Utah en Estados Unidos, la mayoría del tiempo se encuentra en una cueva escondida al final de un cañón. No le pide nada a nadie y se conforma con reciclar su comida, leer y consultar internet en la biblioteca pública, respirar, vivir libremente. Vive sin dinero desde hace ya 12 años. Fui a verlo para conerlo en el momento en que las dudas me asaltaban a propósito de mi vida sin dinero.

Su idea no es otra más que la de tratar de dejar de alimentar el monstruo (el sistema), pues menos lo alimentamos más se debilita. Es una ley simple y universal. Y al mismo tiempo desea seguir cultivando su propia felicidad. Un activismo puro y sin ego. No busca cambiar el mundo, ni si quiera a sus amigos cercanos, él está satisfecho con solo ser, con seguir creciendo tranquila y serenamente. Para él, vivir sin dinero es una evidencia, si la araña vive así, si el oso vive así, preocupándose solo de lo que va a comer hoy, por qué una simple criatura de Dios debería vivir de otra manera.

En la actualidad, mientras que la población mundial llega a los 7 millares de seres humanos y que los recursos se agotan, existe aún abundancia de energía, comida y agua...La idea de un mundo basado en el compartir todavía se puede realizar.

Es entendido que esto no toma en cuenta una vida  moderna en donde todo está accesible aquí y ahora.  La comida tiene un costo que muchos pagan a duras penas, desplazarse es un esfuerzo que demanda tiempo y dormir tranquilamente en un lugar caliente y confortable demanda una cierta dosis de inversión en tiempo y trabajo. Todo puede ser gratuito, solo se necesita invertir en lugar de dinero, tiempo y energía necesarios para hacerlo.

Desgraciadamente, hoy en día por poner un precio en cada cosa, ya no apreciamos lo que la naturaleza nos da. Los precios ya no dependen de un cierto gasto de energía, tiempo o de un cierto labor pues son regidos por la oferta y la demanda; los precios nos desconectan de la realidad de este mundo, del verdadero esfuerzo que se necesita para obtener cada cosa.

El dinero en sí es solo un pedazo de papel, una cifra. El problema eventual es lo que es capaz de representar. En mi caso, me di cuenta que el dinero solo me había ofrecido un confort, la seguridad de tener un techo que me albergue, comida en el refigerador y la posibilidad de prever ciertas actividades para mi futuro. El dinero me ofrecía una seguridad. Dicho de otra manera, mayor era la cantidad de dinero que tenía, mayor control, independencia y libertad sentía en mi vida...Daniel Suelo la llama libertad ilusoria porque cual sea la suma de dinero que tengamos en nuestra cuenta de banco no podemos impedir ninguna enfermendad, accidente o que nuestro ser amado se vaya, etc...

Peor aún que esta ilusión se vuelva creadora de incertidumbres,  dudas y miedos. Inconscientemente solía vivir con miedo al mañana, trabajaba para los "si acasos" en lugar de aprovechar el momento presente.

Al principio de nuestro viaje cruzamos Marruecos y fue un gran choc cultural. Me di cuenta de la importancia de la fe en la vida de un hombre. Insha'Allah es una palabra mágica en Marruecos que tranquiliza a todos los que la usan. Cada vez que le decíamos a alguien "Hasta mañana", él nos respondía Insha'Allah! Había entendido que no tiene el control de nada.

En Europa occidental, parece que toda nuestra fe fue absorbida por el uso del dinero, por esa confianza que tenemos en la seguridad que nos da. Perdimos la fe en la ley universal de la naturaleza, la ley en la que recibimos lo que damos, solo controlamos nuestras acciones, nuestras palabras y pensamientos. Si hacemos el bien alrededor de nosotros las preocupaciones son inútiles. 

Según yo, esta falta de fe caracteriza la sociedad occidental...y parece que tenemos tanto miedo al mañana que estaríamos listos a destruir nuestra Madre Tierra, angustiados ante la idea de que nos deje de alimentar un día! 

Crecimos con la idea de que el dinero nos ofrece la libertad de hacer lo que queramos. Experimentando la vida sin dinero, nos dimos cuenta poco a poco que el dinero, en lugar de liberar esclaviza.  

Buda, Jesucristo, San Francisco de Asís...varias han sido las voces que se han alzado a lo largo de los siglos para invitarnos a tener confianza en Dios o la ley universal, a confiar en el hecho de que toda buena acción es recompensada por la ley universal de la naturaleza.

Varios son los caminos posibles, los monjes budistas por ejemplos no usan dinero y solo viven de la caridad para poder disolver su ego, aprender a recibir y a confiar en la ley universal. Dependiendo de los demás, aprenden la humildad, la gratitud, el respeto y la fe.

Es por todo esto que vivo sin dinero, y por eso me obstino todavía a seguir. Porque la ruta es larga y que el aprendizaje se obtiene por medio de la acción. La masturbación intelectual no lleva a ninguna liberación, recibiendo aprendemos a dar, dando aprendemos a recibir, confiando aprendemos a dar confianza. Vivir sin dinero es finalmente una estrategia para desbaratar las costumbres del ego, liberarse de esta cultura contaminada y construir su propia cultura, encontrar su propio camino.